viernes, 9 de diciembre de 2011

Quiero,

que me llames. Que digas que quieres verme. Mentir, fingir que tengo planes. Que insistas. Que me digas que es importante. Después de un tiempo, aceptar. Vernos. Que me beses en la mejilla y me rodees con los brazos. Que me susurres que me extrañabas como tantas veces he oído. Abrazarte, admitir que quizás yo también te extrañaba. Hablar de nosotros. Sonreir. Que nos miremos en silencio. Que nos rocemos "sin querer". Apartar la vista tras ese momento en el que seguramente me pondré nerviosa. Silencio. Volver a mirarnos a los ojos dulcemente. Que me agarres de la mano y me acerques a ti. No apartar la mirada. Que te aferres a mi cintura sin más. Intentar alejarme y que me sujetes más fuerte, que parezca que no quieres que me escape de ese momento. Dejarme llevar. Acercarnos cada vez más. Perderme en ti. Que me escuches suspirar. Sentir tu pequeña risa. Que me digas que no podías esperar más a estar conmigo. Que me acerques más y más. Notar nuestras frentes juntas. Ver una sonrisa en tu rostro. Cerrar los ojos. Sentir la calidez...... Y, de pronto, un tímido beso en la mejilla. Apartarme extrañada. Que me agarres suavemente el rostro... Que te aferres a mi mano, fuerte, sin miedo.
Que me susurres un "te quiero" sincero...
Y sentir por fin el esperado roce de unos labios ansiosos, ingenuos...
Y congelar el tiempo.

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